La Primera Guerra Mundial fue un conflicto terrible y brutal que fracturó a Europa para siempre, generando cambios que perduran hasta nuestros días: murieron imperios, nacieron repúblicas y los nacionalismos dieron origen a decenas de países que cambiaron el mapa geopolítico del Viejo Continente.
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El conflicto enfrentó a dos grandes bloques, liderados por Reino Unido y Francia por un lado, contra los imperios Alemán y Austro-Húngaro por el otro.
En Gran Bretaña la Gran Guerra generó un profundo sentimiento anti-alemán, que tuvo graves consecuencias para la familia real por sus lazos sanguíneos con los germanos.
Cuando estalló el conflicto bélico, en 1914, el rey británico era Jorge V, nieto de la reina Victoria, quien fue la última monarca de la casa de Hannover. Al casarse con su primo, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha (quien nació en la actual Bavaria), la descendencia tomó el apellido de esa Casa Real.
Así sucedió con el hijo mayor de Victoria, el rey Eduardo VII y luego con Jorge V.
Sin embargo, en plena I Guerra Mundial, el supuesto odio de Jorge V contra sus familiares y contra Alemania, lo llevó el 17 de junio de 1917 a cambiar el nombre de su Casa Real.
"Hemos resuelto, para nosotros mismos y nuestros descendientes y descendientes de nuestra abuela la reina Victoria, renunciar y acabar con el uso de todos los títulos y dignidades alemanas", escribió el monarca en el histórico edicto, donde también anunció que el nuevo nombre de la Casa Real era el de Windsor.
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¿Por qué el nombre?
Seguramente por el famoso castillo que sirve de residencia para la familia real, ubicado en la localidad de Windsor, al oeste de Londres.
Luego de Jorge V, vinieron Eduardo VIII (nunca fue coronado), Jorge VI e Isabel II. Carlos III se convirtió en el quinto rey de la Casa de Windsor.
Las Claves
- La Casa de Windsor es el nombre adoptado en 1917 para reemplazar el de Sajonia-Coburgo-Gotha por su origen alemán.
- Carlos III es el quinto monarca Windsor en la historia del Reino Unido.
