Kim Kardashian es una de las tantas celebridades que se toman bien en serio el mes de diciembre y las festividades, sobre todo por los pequeños de la casa.
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Además de lucirse con llamativos outfits y decorar la casa de manera minimalista, la influencer ha instaurado una costumbre que ya tiene varios años cumpliendo. Se trata de la presencia de Philip Cornish, un reconocido pianista que se ha encargado de hacer mágico el despertar de sus hijos.
El objetivo es que tanto North, Psalm, Chicago y Saint calmen sus almas y al mismo tiempo las llenen con bonitos villancicos.
Aunque muchos de sus seguidores la criticaron por los excesivos lujos con los que está criando a sus hijos, otros la aplaudieron por el significado terapéutico que tiene.
El pianista es ganador de un Grammy
Por si fuera poco, no es cualquier pianista el que asiste cada mañana a la casa de Kim Kardashian, Philip Cornish es productor y escritor de reconocidos artistas, como Diddy, Demi Lovato, Ye, Nas, entre otros.
Además, su impecable trabajo lo llevó a ser ganador de un Premio Grammy en la categoría de producción.
A través de sus redes sociales, Kim ha compartido algunas de las más recientes visitas de Cornish. Y tan solo a través de los videos el sonido del piano puede transmitir esa calma que la influencer quiere que sientan sus hijos apenas abran ojos.
Cabe destacar que el living de Kim también le aporta magia al momento, pues en ningún momento pasan desapercibidos los ventanales, el enorme arbolito de Navidad y la claridad que le aportan las alfombras, los muebles y las paredes blancas al lugar.
Las claves
- Kim Kardashian celebra la Navidad por todo lo alto. Además de lucir despampanante con imponentes outfits, también invierte en la musicalización de su casa en tan especial época.
- La influencer contrató a un reconocido pianista para que cree una atmósfera de calma al tocar villancicos de Navidad para que sea lo primero que escuchen sus hijos al despertar.
- La tradición que la empresaria a instaurado en su hogar desde hace varios años ha sido objeto de críticas y de halagos. Algunos consideran que es despilfarro de dinero y otros aprecian los fines terapéuticos.