Nick Kyrgios es uno de los tenistas más talentosos de la ATP. También es uno de los más polémicos y de los más odiosos. Cuando está enfocado, es capaz de ganarle a cualquiera. Cuando lo persiguen sus demonios, puede vagar por la cancha como alma en pena.
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No se trata de su personalidad hacia el exterior, sino que de una grave inestabilidad emocional que, incluso, lo han llevado a tener pensamientos suicidas, tal como ha reconocido en la serie "Break Point", de Netflix.
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"El 2019 fue el punto más bajo de mi carrera. Esa presión, tener todos los ojos puestos en ti, la expectativa, no podía lidiar con eso. Odiaba el tipo de persona que era. Estaba bebiendo, abusando de las drogas, perdí la relación con mi familia, alejé a todos mis amigos cercanos. Se notaba que estaba sufriendo", relata.
Cuenta ahí el motivo de la manga que llevaba sobre el brazo izquierdo. "Todo mi brazo estaba cubierto de cicatrices, es por eso que en realidad compré mi manga para cubrirlo todo", recuerda.
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Dentro de ese año, la derrota ante Rafael Nadal en la segunda ronda de Wimbledon lo llevó hasta una profundidad tan grande que le hizo temer lo peor, pero de la que ha logrado salir adelante.
"Realmente estaba contemplando si quería suicidarme. Perdí en Wimbledon. Me desperté y mi papá estaba sentado a mi lado en la cama y estaba llorando sin parar", cuenta.
Dice que esa escena "fue el punto de inflexión, me dije 'OK, no puedo continuar así'. Acabé en un servicio psiquiátrico en Londres para arreglar mis problemas".
Las claves
- El tenista Nick Kyrgios reveló que debió internarse para enfrentar sus instintos suicidas.
- El australiano reconoce que abusó de las drogas y el alcohol.
