Sublime, brutal. Sencillamente el mejor tenis de su vida. Eso es lo que está exhibiendo Nicolás Jarry (54° del mundo) en el ATP 250 de Ginebra, en Suiza. Es que tras derribar en cuartos al 4 del planeta, el noruego Casper Ruud, ahora el tenista chileno avanzó a la final e irá por su revancha en el certamen helvético, donde perdió la definición en 2019.
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Este viernes el "Príncipe" derrotó precisamente a su verdugo de hace cuatro años en Ginebra, el alemán Alexander Zverev (27°), ex número 3 del orbe y tercer cabeza de serie. Fue un marcador de 7-6 (3) y 6-3, luego de una hora y 46 minutos, en un partido donde "Nico" estuvo monumental con su saque, el cual nunca entregó.
El primer set estuvo bastante parejo y ambos estuvieron firmes con sus servicios. Mientras el nacional sacó adelante dos complicados turnos en el octavo y décimo game, el germano salvó dos puntos de quiebre en el undécimo juego y el set se definió en un tiebreak, donde el pupilo de Juan Ozón estuvo brillante y se lo adjudicó por 7-3.
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En el segundo episodio el criollo se mantuvo a un altísimo nivel. Consiguió una ruptura en el cuarto game y después levantó con mucha autoridad un 0-30 para colocarse rápidamente 4-1 arriba. Después selló todo en el noveno con su envío salvando una bola de break y en su primer match point con una tremenda volea en la que sacó la pelota desde los pies.
Llega a la posición 40 en el ranking
Con este nuevo triunfazo, el chileno avanzará hasta el casillero 40 del ranking, rozando la mejor ubicación de su trayectoria, que fue 38.
En busca de su revancha en Ginebra, donde podría conquistar el tercer título de su carrera y el segundo de esta temporada 2023, Jarry enfrentará en la gran final este sábado (9:00 horas) al búlgaro Grigor Dimitrov (33°), cuarto cabeza de serie, quien le ganó en un partidazo al estadounidense Taylor Fritz (9°) por parciales de 3-6, 7-5 y 7-6 (2) en casi tres horas de duelo.
Al europeo ya lo derrotó en el único enfrentamiento previo, en octavos de final del ATP 500 de Barcelona 2019, después de derribar precisamente a Zverev, 3 del mundo en ese entonces.